







La iconografía de Santiago Peregrino
En el s. XIII cambia la forma de representar a Santiago y surge el tema iconográfico de Santiago peregrino. La génesis de este tema responde a una realidad histórica, y es el auge de las peregrinaciones a Santiago de Compostela. En esta ocasión Santiago aparece con los atributos del peregrino.
En la imagen podemos ver una estatua de bulto redondo realizada en granito en la que se representa a Santiago peregrino. Esta imagen nos servirá de documento histórico para conocer la figura del peregrino. Pero, primero analizaremos la obra de arte. Se trata de una obra románica que muestra a un hombre erguido, maduro y bardado de expresión seria a la par que serena. En primer lugar destaca que aparece calzado, y no descalzo como en el caso de Santiago apóstol.
En segundo lugar debemos fijarnos en sus atributos, entre los que encontramos el sombrero, la venera, el bordón, la calabaza, la capa con esclavina y el zurrón. Estos atributos nos muestran los elementos mínimos necesarios para sobrevivir en el viaje a Santiago de Compostela.
El sombrero es un sombrero de ala ancha en el que se inserta una venera en el centro. Se trataba del sombrero que identifica a alguien como peregrino en su viaje a Santiago.
La venera es el símbolo más importante del camino de Santiago, ya que supone la prueba de que se ha realizado con éxito hasta llegar a la catedral compostelana. Aunque es muy posible que la leyenda que cuenta que los peregrinos medievales iban a las playas próximas a recoger esa venera como testigo de su camino sea falsa, y quizás es más probable que la costumbre surgiera a través de la venta de las mismas en el mercado de la puerta de Azabachería. En cualquier caso, la venera tiene una simbología muy compleja que hemos descubierto analizando nosotros mismos de forma directa la fuente más importante para conocer el Camino de Santiago: El Códice Calixtino. En el capítulo V se nos narra como la venera simboliza las obras buenas de todo cristiano. El códice además nos cuenta como los peregrinos las colocaban en sus capas por una triple significación: para alabar al apóstol, en recuerdo del viaje y como testimonio del mismo. Pero, además, las corazas de la venera, la delantera y la trasera, simbolizan respectivamente los dos principios de la caridad: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo[1].
El bordón es un bastón de avellano o castaño que los peregrinos utilizaban para apoyarse en su caminar. El sentido de este bastón no es que obligatoriamente acabaras cojo en el camino, sino que se trata de un apoyo muy importante para que las rodillas sufran menos en las bajadas y las subidas. Además, también fue un importante elemento de protección, tanto contra la inmensa cantidad de bandidos que se aprovechaban del camino para asaltar a solitarios peregrinos, como contra perros salvajes y demás animales. Por otro lado, otras versiones señalan que los peregrinos también utilizaban otro tipo de bordón en forma de T que servía como rudimentario instrumento astronómico para en las noches localizar la vía láctea así tener clara la dirección a seguir hacia Santiago de Compostela. Pero, sobre todo, el bordón es un símbolo que identifica a un caminante como peregrino.
La calabaza se obtiene de la planta de la legedaria y su uso es milenario. Los peregrinos hacia Santiago adoptaron este objeto a modo de cantimplora, ya fuese para llevar en ella agua, vino o distintas pócimas bebibles. Podemos, además, señalar que en la iconografía cristiana esta calabaza es símbolo de la brevedad y vanidad de la vida.
La capa con esclavina era simplemente una capa que se colocaba sobre el abrigo. Al adoptarla de forma generalizada para su uso se convirtió en uno más de los símbolos que identificaban al peregrino, y por ello aparece como atributo en la iconografía de Santiago peregrino.
El zurrón, también llamado morral o escarcela, era un pequeño saco en el que guardar algunas pertenencias y el dinero necesario para la peregrinación. Además, el zurrón representado en esa iconografía nos muestra todo un ritual medieval cristiano, y es que en la liturgia cristiana, tal como señala el Códice Calixtino, se entregaba al peregrino este zurrón en su iglesia de partida dándole la bendición para partir y deseándole llegar sano y salvo. Pero, realmente, este simple elemento está lleno de toda una simbología que analizaremos brevemente a continuación. La norma dictaba que debía tratarse de un saco elaborado en piel de animal, estrecho, y abierto en la boca. El estar realizado con piel de animal simbolizaba las penurias que debía sufrir el peregrino: el frio, el hambre y la sed del camino, tal como las sufría un animal. El requisito de que fuese un zurrón pequeño implica que podía llevar poco dinero y por lo tanto el peregrino debía confiar en la misericordia de Dios que protege a todos sus hijos. Y, por último, el hecho de que la boca del zurrón debía ser abierta responde a que el peregrino como buen cristiano debía estar preparado para dar y recibir al prójimo, por ello la bolsa nunca podía cerrarse[2].
Por último, en este tema iconográfico podemos encontrarnos algo muy curioso: una variación iconográfica que surge al contaminarse de otro tema iconográfico que es la Virgen de la Misericordia. De esta forma Santiago aparece protegiendo a los peregrinos en su manto protector.
[1] Se trata de información extraída de un fragmento del Códice Calixtino recogido en:
[Online]. Disponible: http://recursosparaelcamino.blogspot.com.es/2010/11/la-concha-o-venera-de-santiago-de.html [2014, 9 Diciembre].
[2] [Online]. Disponible: http://recursosparaelcamino.blogspot.com.es/2010/11/el-morral-o-escarcela-del-peregrino.html [2014, 9 Diciembre]. Realmente toda la información referida a los atributos de Santiago peregrino ha sido extraída de distintas entradas del blog www.recursosparaelcamino.es , una página altamente recomendable por su meticulosidad y precisión.

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